
A pesar de que en Sevilla echamos de menos más encuentros sobre temas relacionados con el social media y el marketing, poder acudir a eventos como los que organiza Foro Marketing Sevilla o al Congreso de Empresa 2.0 #e20biz siempre resulta interesante para aprender y conocer profesionales de este ámbito. La semana pasada tuve la suerte de asistir al Conversion Thursday que en Sevilla organizan mis buenos amigos Joseba López Hervella (@hervella) y Amparo Cantalicio (@acantalicio) con un tema muy interesante, Politica en la era de internet. Además el cartel prometía con la presencia de tres profesionales como Jesús Ollero (@ollerista), responsable de contenidos digitales del Grupo Joly; Elena Barrios (@elenabarrios), asesora en comunicación política; y Fran Barquilla (@franbarquilla), editor social media de @Juntainforma.
Sin pretender hacer ningún resumen de todo lo que se dijo por parte de ponentes y asistentes en la ronda de debate, si quiero destacar un par de conclusiones de la sesión: 1) la comunicación política en redes sociales sigue siendo una asignatura pendiente para la mayoría de los políticos y partidos en nuestro país; y 2) seguimos sin considerar la comunicación política online como un instrumento más de la estrategia de marketing político (véase Marketing político 2.0 de Alonso Coto, 2011).
La comunicación política online es parte de la comunicación que todo partido o político debe integrar en su estrategia de marketing. Una herramienta más para conseguir sus objetivos marcados en cada campaña política. Herramienta que permite conectar de forma directa, económica y en tiempo real con el electorado. Pero al ser una herramienta interactiva que posibilita la participación del ciudadano, se torna para la mayoría de los políticos y candidatos, en un arma de doble filo para ellos. Pocos se resisten al embrujo de poder contactar con el electorado de una forma cómoda y rápida, y en cuanto abren campaña aterrizan en la pista de la web social abriendo perfiles en todas y cada una de las redes donde les esperan (ellos creen que ansiosos) los ciudadanos votantes en la próxima cita electoral. Pero pocos se paran, en esta carrera por convertirse en político 2.0, en pensar que detrás de una presencia online que pretenda unos objetivos como resultado de una acción de marketing es necesario desarrollar una estrategia que contenga, como mínimo, un análisis previo sobre la presencia online de los electores y de mis competidores y sobre la estrategia global de la campaña de marketing offline en la que debe integrarse la estrategia en social media.
La mayoría de los políticos de los partidos existentes antes del boom de la web social estaban acostumbrados a hablar sin escuchar, a promulgar consignas diseñadas desde los departamentos de comunicación del partido, a pronunciar discursos para audiencias muy entregadas, a rodearse de aduladores que vitorean todas estas actuaciones para llevar hasta el éxtasis a su líder; es decir, están muy acostumbrados a ser protagonistas, casi únicos, en el proceso de comunicación política unidireccional. Y claro, si esas son sus premisas, es de esperar un batacazo casi seguro cuando intentan comunicarse con una herramienta de comunicación multidireccional, participativa, interactiva, dinámica e imprevisible como son las redes sociales online.
Sin pretender dar lecciones a nadie, ni querer obtener conclusiones sin realizar un estudio riguroso de la verdadera situación de la estrategia en social media de los políticos y partidos políticos en España, sí me gustaría, al menos por el modesto conocimiento que tengo del marketing y de las redes sociales, proponer a nuestros políticos actuales y nuestros candidatos en las próximas contiendas electorales, que utilicen este instrumento de comunicación sin olvidar su auténtica esencia y razón de ser, la conversación. Escuchar y hablar, responder, atender las demandas de ciudadanos, votantes o no, actuar con naturalidad ante las críticas u opiniones contrarias, debatir y argumentar sus posturas, … en definitiva, que sean capaces de aportar valor a los ciudadanos a los que están pidiendo la confianza a través de su voto y a los que deberán seguir atendiendo en virtud del compromiso asumido al ser elegidos como nuestros representantes. En definitiva, entender las RR.SS. como un instrumento de comunicación integrado en la estrategia de marketing relacional de su campaña política.
Los ciudadanos, los votantes, queremos que estén en las redes sociales, los humaniza, los hace cercanos y los expone, y eso siempre favorecerá la relación entre la política y la ciudadanía. Pero lo que nunca será una buena estrategia relacional es aquello de estar por estar.