
Partiendo de que la característica fundamental del comercio electrónico (e-commerce) es que la contratación y aceptación de la oferta debe realizarse online, pudiendo o no efectuarse el pago también online, podemos distinguir siete características esenciales del e-commerce (Laudon, 2009): ubicuidad, alcance global, estándares universales, interactividad, personalización, densidad de información cualificada y tecnología social.
La ubicuidad se refiere a que el comercio electrónico está disponible en todos lados, y al alcance de todos; se elimina la obligatoria necesidad de tener un lugar físico como lo requería el comercio tradicional. Hablamos de alcance global cuando las transacciones que se realizan traspasan los límites territoriales, culturales y nacionales con una efectividad que los mercados tradicionales no poseen. Además, la accesibilidad universal a la web genera unos estándares universales ya que suelen ser iguales en todo el mundo, lo cual reduce los costes de entrada a un mercado determinado. En cuanto a la interactividad, el comercio electrónico facilita la comunicación entre el comerciante y el consumidor, ya que permite la creación de compromisos con los clientes o consumidores en una escala global más masiva. No obstante, existe la posibilidad de personalización, ya que los comerciantes pueden dirigir sus campañas de marketing a segmentos o individuos específicos, tomando en cuenta sus intereses y compras realizadas con anterioridad y utilizando la información almacenada en las bases de datos.
El e-commerce genera una gran densidad de información que está siempre disponible para los que participan la transacción, clientes, proveedores o vendedores. Además, la información siempre está actualizada y los consumidores pueden encontrar la mejor opción en cuanto a precios y calidad de una manera rápida, sencilla y eficaz. La tecnología vía web permite a las empresas comercializar y vender bienes y servicios gracias a la riqueza de información e interactividad. Finalmente, la tecnología social (web 2.0) permite a los usuarios compartir contenido en texto, vídeo, música y fotos a la comunidad. Se crea y distribuye contenido permitiendo la programación de consumo.
Además de estas características, habría que considerar que en el diseño del comercio electrónico, la usabilidad es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta y la eficacia y satisfacción (experiencia de usuario) con la que los compradores alcanzan los objetivos específicos van a resultar clave para generar retorno y confianza.
Peculiaridades del m-commerce
El comercio móvil o m-commerce, se define como cualquier actividad relacionada con una transacción comercial, un intercambio de servicios o bienes por dinero, y que es llevada a cabo a través de redes móviles e inalámbricas de comunicación, usando dispositivos móviles como interfaz de usuario (Sainz de Abajo, Sánchez González y López-Coronado, 2012). Es un modelo de comercio online donde los dispositivos móviles realizan las funciones clásicas del comercio como son la asistencia en la búsqueda de información, facilitar el contacto entre el consumidor y el establecimiento y finalizar la transacción.
Si bien las características del m-commerce coinciden en gran medida con las del comercio electrónico, se diferencian en pequeños aspectos. Así pues, al hablar de ubicuidad en m-commerce, debemos añadir la posibilidad de realizar las transacciones en tiempo real, independientemente de la localización del individuo. La conexión la aporta el propio usuario y ya no depende de un lugar que se la proporcione, eliminando una barrera más. La conectividad instantánea ofrece otra serie de ventajas relacionadas sobre todo con la sensibilidad al contexto, ya que permite explotar la información que rodea al individuo para ofrecer servicios más personalizados aprovechando datos como la geolocalización. Además, la comodidad y la usabilidad son dos aspectos que alcanzan también una importante relevancia, ya que los dispositivos móviles suelen ser de carácter más personal que un ordenador, perteneciendo su uso generalmente a un único usuario, no como ocurre con los ordenadores de sobremesa que pueden ser de uso familiar o incluso públicos. Esto favorece que la configuración de los dispositivos móviles esté acomodada a las necesidades del usuario, configurando cuentas personales e información personal de pago que simplifica aún más la compra ahorrando pasos y ganando inmediatez.
En la siguiente tabla podemos ver a modo de resumen algunas de las principales diferencias entre comercio electrónico y comercio móvil.
En general, si el objetivo del diseño de los sitios de e-commerce era fomentar la interacción del cliente, apoyar la toma de decisiones de este y conseguir un elevado porcentaje de retorno, el objetivo del m-commerce es respaldar todos estos aspectos aprovechándose de un diseño sencillo e inmediato que logre satisfacer necesidades in situ y a través de un dispositivo que es, cada día, una parte más de nuestro cuerpo.
Referencias
- Laudon, K. C. (2009). E-commerce: negocios, tecnología, sociedad. Pearson-Prentice Hall: Madrid.
- Sainz de Abajo, B.: Sánchez González, J. y López-Coronado, M. (2012). M-commerce, comprar a través del móvil. Madrid: Creaciones Copyright.