3 más 2 no son 5

Una ecuación imposible, como la propia secretaria de estado Gomendio califica la situación de la universidad española, a la que, de forma poco rigurosa, se atrevió a definir como un sistema insostenible basado en bajas tasas universitarias, las mayores tasas de acceso y casi ninguna selección en la admisión de los alumnos (Eldiario.es; 25/02/2015).

Ya a nadie sorprenden las continuas declaraciones de la secretaria de estado y de su jefe, el ministró Wert blandiendo la bandera reformadora y salvadora de una sistema universitario que, si bien imperfecto, ha permitido que cientos de miles de españoles hayamos tenido acceso a la formación universitaria y que muchos de estos universitarios provenientes de familias con escasos recursos, gracias al sistema universal de becas, hayan podido completar su formación al máximo nivel con el consiguiente beneficio en el desarrollo personal, profesional y por ende de la sociedad en la que hemos participado y en la que entre todos construimos la sociedad del bienestar. Una oportunidad que no tuvieron la mayoría de  nuestros padres ni abuelos.

Pero esta universidad que posibilita el acceso a estudiantes de todas las condiciones sociales y económicas, que garantiza la universalidad de la formación superior, que basa la entrada en condiciones de igualdad, mérito y capacidad, la universidad de la igualdad de oportunidades no interesa a este ministerio ni al Gobierno de España. A los decretos aprobados y las continuas declaraciones que emanan del ministerio me remito. No les gusta, quieren cambiarlo, quieren que el acceso a la universidad se dificulte, que la obtención de becas se limite, que los recursos disponibles se rebajen, que el profesorado sea «castigado» con sobrecarga docente a la vez que se le exige niveles de excelencia investigadora como nunca exigidos mientras recortan los presupuestos en I+D+i, quieren convencer a todos que esto no puede seguir así, que esto hay que cambiarlo, y que la actual estructura de grados de 4 años (con apenas un lustro desde su implantación) ya no sirve para formar a nuestros universitarios para que sean competitivos con los egresados de los países de nuestro entorno.

El sistema 4+1 sustituyó el anterior sistema de licenciaturas de 5/6 años y diplomaturas de 3. Sistema que permitía con tasas asequibles, que los estudiantes pudiesen optar por estudios de grado medio (3 años) que capacitaban para profesiones de corte mas técnico como peritos, aparejadores o enfermeros, combinado con estudios universitarios superiores (5/6 años) para el resto de profesionales de ciencias bio sanitarias, socio-jurídicas, humanidades, ingenierías, arquitectura y otras ciencias. Pero este sistema fue sustituido por grados de 4 años + 1 para los estudios de máster por la soñada convergencia con el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES),  conocido como el Plan Bolonia. Nunca se justificó este cambio más que por ese intento de homogeneizar la estructura de los estudios universitarios con los países del entorno europeo.

Foto: DiagonalPeriodico.net
Foto: DiagonalPeriodico.net

Y ahora, sin apenas haber podido evaluar los resultados de este sistema, el RD 43/2015 plantea la formula magistral del 3+2. Grados de 3 años en titulaciones que hace muy poco eran de 5 años, y propuesta de un complemento de formación de 2 años más pero en concepto de estudios de máster, con tasas mucho más elevadas que las habituales en los estudios de grados y posibilidades de acceso limitadas en número de estudiantes y selección en virtud de las posibilidades económicas o de la capacidad de endeudamiento con el riesgo de quedar en manos de los bancos de por vida. Este modelo así planteado se parece mucho más al ansiado por este ministerio, ya que bajarían el número de universitarios que alcanza el nivel superior de estudios (5 años), se cobrarían unas tasas más elevadas en los dos años finales de la formación universitaria y se seleccionaría mucho más a los estudiantes. Para nosotros las reformas de Wert siguen suspendiendo como él mismo al ser el ministro peor valorado de la historia de la democracia. La fórmula a ellos les vale, pero sigo pensando y defendiendo que su 3+2 no es nuestro 5.

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